¿Te atrae la idea de vivir lejos de la ciudad? En este artículo, exploramos la otra cara de la vida rural: las desventajas y riesgos reales del aislamiento. No se trata de desanimarte, sino de prepararte. Descubre consejos prácticos y esenciales sobre seguridad, logística, suministros de energía y salud, basados en experiencia real, para que tu transición al campo sea segura, consciente y plenamente satisfactoria.
¡Aprende a convertir los posibles inconvenientes en soluciones!
En el artículo anterior, hablé sobre las ventajas de tomar la decisión de vivir en el campo, lejos de la ciudad y de las masas urbanas, donde la vida está condicionada por la naturaleza y los atardeceres. Aunque, por lo general, es universalmente considerada una de las decisiones más importantes y excelentes que podemos tomar —y que no cualquiera se atreve a tomar—, vivir en el campo es, sin duda, una de las mejores elecciones que harás. Sin embargo, esto no significa que todo se pinte de color de rosa. Como dice el dicho, no todo es perfecto, y es bueno ser consciente de ello.
Vivir en el campo resulta gratificante por sí mismo, y como vimos en el capítulo anterior, sus enormes ventajas son evidentes. Pero precisamente todas esas características pueden convertirse en desventajas si no sabemos gestionarlas o no estamos preparados para ciertos eventos. Debido al aislamiento de las zonas urbanas, podemos estar expuestos a diversos peligros y, en última instancia, enfrentar una emergencia lejos del puesto de salud más cercano; eso sería lo peor que nos podría pasar. Aunque lo más probable es que nunca ocurra una emergencia grave de salud, es posible tomar medidas contra la falta de seguridad y los vacíos que conlleva una zona rural.
Vivir en el campo ofrece grandes beneficios. Disfrutas de amplios espacios abiertos para caminar, lejos de la aglomeración de las ciudades; aquí apenas se ven personas, solo alguna que otra casa dispersa en el paisaje. El bullicio constante y el trajín urbano no forman parte de este entorno.
Sin embargo, optar por la vida campestre no es una decisión que deba tomarse a la ligera, ni está exenta de desafíos. No todo es color de rosa. Pero con una buena planificación, las estrategias adecuadas y siguiendo las recomendaciones necesarias, es posible adaptarse y disfrutar de una vida plena y tranquila lejos de la ciudad. Imagen por Irvis Murillo.
Recuerda que las zonas rurales, al ser aisladas y con poca densidad de población, pueden ser un arma de doble filo frente a asaltos o fallos de seguridad. Si en la ciudad la policía no puede patrullar eficazmente y existen muchos actos delictivos, no es descabellado pensar que en una zona rural, donde quizás no haya ni una patrulla ni gente cerca, podamos vernos vulnerables ante una falta de seguridad.
No todo lo que se pinta es color de rosa
Precisamente, el propio aislamiento, la lejanía de la ciudad y de las personas de confianza o familiares directos, transforma a la naturaleza en un arma de doble filo, sin querer queriendo. No es que la naturaleza te perjudique, sino que el mismo espacio y la distancia pueden complicarnos la vida. Pero no es necesario preocuparse en exceso; lo importante es tomar medidas, tal como lo hice yo. Por eso deseo ser muy específico en este artículo: quiero ayudarte a vivir una vida plena, pero siendo consciente de que esa lejanía es un arma de doble filo.
Mientras que en la ciudad todo está al alcance de la mano, en el campo los productos básicos suelen quedar lejos. Por esta razón, es fundamental salir siempre preparado, llevando consigo lo esencial para enfrentar cualquier eventualidad.
Uno de los problemas a los que te puedes enfrentar —aunque dudo que te ocurra— es tener una emergencia de salud. Quizás te puedas romper un brazo, una pierna, o que algo te caiga encima, entre otras cosas, pero lo más probable es que no suceda o que nunca pase. ¿Por qué estoy seguro de eso? La respuesta es sencilla: no salimos a vivir lejos de la ciudad para hacernos daño, y siempre procuraremos tomar precauciones ante cualquier accidente. Y si eres torpe o irresponsable, ten mucho cuidado; es hora de mejorar eso.
La probabilidad es mínima, y no es necesario mostrar informes o estadísticas para demostrarlo. Ahora bien, lo que sí es crucial, por si llegara a pasar —aunque sea improbable—, es contar siempre con un vehículo a disposición. Sin él, vivir en el campo se vuelve complicado, no solo por una posible emergencia (que quizás nunca tengas), sino porque necesitarás comprar alimentos en el mercado de la ciudad, adquirir productos de limpieza, ir a pagar algo o comprar medicinas para tu botiquín.
Vivir en zonas alejadas conlleva la responsabilidad de ser previsores. Es esencial informarse sobre los fenómenos climáticos que podrían afectar la región, especialmente si se reside en quebradas o áreas rurales, ya que estas suelen ser particularmente vulnerables a las intensas lluvias e inundaciones. La fotografía de arriba es una foto del año 2017 antes de construir Casa Polska, se aprecia la antigua casa construida de adobe, y que destruida por el fenómeno del Niño que ocurrió en ese año. Imagen por Irvis Murillo.
A esto no lo llamo emergencias, sino elementos necesarios para vivir en el campo. Aunque no creo que vivas como un nómada, considero importante que al menos lleves contigo un botiquín bien surtido con medicinas que cubran dolores o calambres comunes. Personalmente, llevo dos años viviendo oficialmente como adulto en el campo y, hasta la fecha, no he tenido grandes emergencias, ninguna grave. Pero eso no significa que debamos descuidarnos; siempre hay que ser responsables, evitar hacer algo que nos perjudique y trabajar con seguridad, pero sin dramatizar y sin la presión de una sociedad que a menudo opera sin medidas de seguridad.
Ahora bien, te listaré recomendaciones basadas en mi experiencia para que no tengas desventajas viviendo en el campo:
Dependiendo del terreno, tu presupuesto y el trayecto, lo recomendable es tener una camioneta o pickup, aunque sea vieja, adaptada a los caminos irregulares del campo. Si vives muy lejos, esto es esencial.
Si vives relativamente cerca, una mototaxi o una carguera podrían ser suficientes. Además, recuerda que el costo del combustible será una prioridad; cuanto más eficiente sea tu vehículo, menos gastarás.
Y recuerda: en el campo no necesitas lujos, necesitas ahorrar todo lo posible (aunque seas multimillonario). La idea es que, viviendo en el campo, te liberes de la mentalidad y los esquemas de la ciudad. Olvida los lujos y cambia de perspectiva.
Tener medicamentos de venta libre en el campo te ahorrará mucho sufrimiento y malestares comunes. Un pequeño dolor de cabeza inusual o un dolor muscular son comunes al vivir aquí, por lo que tener medicinas a tu alcance es importante.
Surte tu botiquín con todo tipo de suministros: vendas, curitas, alcohol, pomadas para dolores musculares, etc. Todo lo que signifique primeros auxilios, llévalo contigo.
Si estás en tus primeros meses en el campo, lo más probable es que compres tus alimentos en la ciudad o el pueblo más cercano. Mi recomendación es práctica: compra todo al por mayor y en grandes cantidades.
¿Por qué? No es rentable ni práctico viajar hasta el pueblo por un solo paquete de fideos. No te expongas innecesariamente. Compra alimentos que duren y puedan guardarse en un refrigerador.
Las conservas me han ayudado mucho en días que simplemente deseo comer algo ligero. También recomiendo comprar verduras, aunque ahora todo resulte caro.
El hecho de vivir en el campo no te aleja mágicamente de situaciones de estrés, ni hacen que los problemas que tenías en la ciudad desaparezcan. Hay que ser conscientes y pensar con claridad: si vamos al campo para alejarnos de una situación grave, extrema o dramática según nuestro estado mental, eso no cambiará nada por sí solo.
Lo que sí ocurrirá es que tu estrés disminuirá significativamente, pero si tienes un problema sin resolver, trata de solucionarlo antes de mudarte o al llegar. Recuerda siempre esto: todo está dentro de ti, y eres el protagonista de tu propia vida.
Esta recomendación merece un artículo por sí solo, pero puedo resumir a lo que me refiero. Debido al aislamiento, sobre todo por la noche, mis recomendaciones para los vacíos de seguridad en zonas rurales son:
Instalar focos solares con sensor de movimiento, focos solares más grandes; si tienes un perímetro de pared, instalar un cerco perimetral de alambre (aunque no sea infranqueable); instalar cámaras de seguridad si tu presupuesto lo permite.
Son mascotas ideales para ti, aunque a mucha gente no le guste criarlas. Te recomiendo mucho tener perros, o incluso un pequeño grupo, para que estén alerta y te avisen de cualquier intruso o evento sospechoso durante la noche o el día.
Esto es especialmente importante si no cuentas con medidas de seguridad privada como cámaras, carteles o sensores de calor. Los perros son más efectivos que cualquier tecnología, sobre todo cuando no hay luz y tus sistemas tecnológicos están apagados.
Te recomiendo tener al menos two perros, y que sean del mismo sexo para evitar camadas no deseadas, a menos que así lo quieras.
Te ayudará en caso de emergencia o falla de la red eléctrica, especialmente si vives en una zona rural con suministro público. Un sistema de respaldo es de suma importancia, ya que siempre puede haber apagones sin previo aviso.
Si la luz se va por varias horas durante la noche, tener un sistema de suministro propio será de gran ayuda. Puede ser un conjunto de baterías de al menos 100 Ah a 300 Ah y un inversor de 1000 W a 6000 W máximo (de onda senoidal pura).
Según tu presupuesto, puedes armar un pequeño sistema solar o simplemente usar baterías que se carguen con la red normal y se activen automáticamente durante un corte.
Hay otras listas que podrían ser de gustos personales, y esos son simplemente preferencias. No obstante, la lista que te he dejado arriba es muy importante y esencial. No son recomendaciones opcionales o sujetas únicamente al presupuesto, sino medidas que te aconsejo aplicar, especialmente para tu seguridad alimentaria y personal. Además, con la vivencia en el campo, irás conociendo vecinos y personas que son buena gente, y otras que no. Parece mentira, pero incluso en el campo, hay personas que, teniendo todo a su alrededor, suelen ser menos humildes en valor; eso nos lleva a reflexionar y a mejorar como personas. Como siempre digo, hay que tratar de evitar situaciones tóxicas, no caer en la trampa del vecino o dar la confianza demasiado rápida y fácilmente, aunque seamos los más amables.
Espero haberte ayudado a tomar una buena decisión. Seguiremos publicando temas más específicos para ayudarte a comprender mejor la vida en el campo.