En este artículo, voy a contarte mi experiencia personal como anfitrión de una casa de campo que publiqué en la plataforma de Airbnb, los pros y los contras, y cómo evitar muchos conflictos durante la estadía de los huéspedes. Tras un año de uso, compartiré mi punto de vista.
En el año 2022, compré un terreno de 1,200 metros cuadrados ubicado en una zona rural en Perú. Después de un mes y medio, inició la construcción y el proyecto se fue materializando poco a poco. Como tenía un buen trabajo y el dinero fluía en mis manos, fue una de las inversiones más estables y significativas de mi vida, aunque también la más sacrificada. Construir una casa grande y hacerla bonita no es tarea fácil. Observaba cómo avanzaban los trabajos y, sin darme cuenta, una idea tras otra surgía en mi mente.
La construcción demoró casi un año, y para ser sincero, invertimos todo el dinero que tenía en ella. En pocas palabras, mi mente y mis energías estaban centradas en construir y dejar la casa lo mejor posible, y finalmente lo logré. La casa quedó terminada al 90%, y mi presupuesto se agotó por completo. Era momento de descansar un poco.
Alquilar la casa nunca pasó por mi mente. Solo pensaba en construir algo y cumplir mis sueños poco a poco. Sin embargo, en ese entonces tenía una relación de tres años con mi novia polaca (con quien sigo actualmente). Durante una conversación, le conté que había comprado un terreno y estaba construyendo una casa. Ella quedó asombrada, ya que le parecía una locura emprender un proyecto de tal magnitud a mi edad.
Entre conversaciones y mensajes de WhatsApp, ella me sugirió que la casa era demasiado grande y que, cuando nos casáramos, lo sería aún más. Para llenarla, según ella, necesitaríamos muchos hijos, lo que me hizo sonrojar. No era algo que tuviera en mente. Luego me dijo algo que encendió una pequeña chispa: «Estás construyendo para ser un Airbnb».
Al principio, no le presté atención y lo descarté. Pensé que alquilar la casa era una locura y que no habría demanda. Estaba demasiado alejada de la ciudad, así que me preguntaba quién se atrevería a ir allí solo para relajarse.
Casa Polska se encuentra ubicado entre campos de cultivo de maiz y la zona de su ubicación es 100% rural.
Pasó mucho tiempo entre aquella conversación y la decisión de publicarla en Airbnb. Mientras tanto, la construcción avanzaba y me enfocaba en decorar la casa. Finalmente, después de un año y cuatro meses, la casa estaba lista en un 90% y se podía habitar con comodidad.
Conforme vivía allí, me daba cuenta de que muchas cosas eran solo lujos. Por ejemplo, la piscina casi siempre estaba vacía, ya que llenarla y mantenerla resultaba costoso. Además, mantener una casa grande no es solo «vivir y ya». El consumo de energía por máquinas y equipos de mantenimiento era elevado y no resultaba rentable. Reflexioné que, aunque en ese momento tenía un buen trabajo, no sería así toda la vida, y el mantenimiento de la casa podría volverse una carga.
Durante ese período, atravesé momentos difíciles. Mi relación se vio afectada por la distancia, la comunicación era deficiente, y mi trabajo estaba por terminar. Llegó un punto en el que toqué fondo y me sentí solo. Sin embargo, tomé cartas en el asunto y me prometí a mí mismo no vender la casa. Aprendí a tomar las cosas con calma y finalmente reconsideré la idea de mi novia.
Antes de publicarla en Airbnb, varios familiares me visitaron y me felicitaron por lo bien que había quedado la casa. Algunos incluso sugirieron alquilarla para eventos familiares. Mi primera reserva llegó sin necesidad de publicarla en Airbnb: un vecino me pidió alquilarla para el cumpleaños de su hijo. Acepté y descubrí que podía generar un ingreso extra.
Así, decidí publicar la casa en Airbnb. Lo hice sin costo inicial y con fotos tomadas desde mi teléfono. No pasó mucho tiempo hasta que recibí mi primera reserva a través de la plataforma. La familia que llegó desde otra ciudad se fue contenta, y yo también. Fue una experiencia gratificante.
Durante ese tiempo, mis ingresos no eran altos, ya que había perdido mi trabajo y había invertido todo en la casa. Sin embargo, aprender a gestionar mis emociones fue clave. A pesar de las dificultades, mantuve la calma y fui paciente.
Pros y contras de Airbnb
Siendo sinceros, Airbnb es una plataforma segura. Aunque usarla puede ser costoso, sobre todo al pagar y reservar, vale la pena. Todas las familias que han reservado mi casa han sido respetuosas y han cumplido su trato. Nunca tuve problemas de robos o conflictos.
Si decides publicar tu propiedad en Airbnb, es fundamental ser transparente, específico y amable. Los huéspedes buscan disfrutar su estadía, y tu casa es el lugar que eligieron para hacerlo.
Gracias a los ingresos generados con mi casa de campo, pude mejorar muchas áreas dentro y fuera de la propiedad. Fue un dinero extra que me permitió avanzar sin perder calidad y brindar a las personas la oportunidad de relajarse fuera de la ciudad.
Aconsejo establecer precios accesibles para facilitar las reservas. Además, es importante promover tu anuncio constantemente. Aunque podrías sentir la tentación de aceptar reservas directas, te recomiendo hacerlo siempre a través de Airbnb. La plataforma brinda protección en caso de problemas o daños a la propiedad, y a largo plazo, resulta ser la opción más segura.
En conclusión, ser anfitrión en Airbnb ha sido una experiencia enriquecedora. Ha implicado desafíos, pero también ha brindado muchas recompensas. Si estás considerando alquilar una propiedad, Airbnb puede ser una excelente opción para generar ingresos adicionales y ofrecer a los huéspedes una experiencia inolvidable.
