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Descubre por qué delegar tareas es la verdadera clave de la productividad.

Consejo 2: Aprende a delegar tareas

Dentro de los cinco consejos que abordaremos en esta serie, este segundo se centra en cómo delegar trabajos y permitir que otras personas aporten su experiencia, conocimiento y talento al proyecto en el que estás involucrado.

Si eres líder, sabrás que para ser productivo y lograr misiones exitosas, es fundamental contar con un equipo dispuesto a seguirte y comprometido con tu visión. Figuras históricas exitosas, desde líderes antiguos hasta emprendedores modernos, entendieron que ampliar el alcance requiere delegar y construir equipos. En la tradición cristiana, encontramos un ejemplo clásico: Jesucristo eligió apóstoles —primero doce, luego setenta y dos (Marcos 3:13-19; Lucas 10)— para extender su mensaje. Este principio permanece vigente hoy: sin equipo, tu alcance será limitado.

Sin embargo, incluso si no te consideras un líder o no estás al frente de grandes proyectos, es importante recordar que el liderazgo también se ejerce en lo cotidiano: siendo ordenado en casa, productivo en el trabajo o responsable en las pequeñas tareas. Las grandes hazañas siempre comienzan con acciones modestas.

Fomenta la delegación de tareas.

Como seres humanos, no podemos hacerlo todo a la vez. Aunque existen casos de personas extremadamente productivas, la verdadera productividad no radica en hacer todo uno mismo, sino en saber organizar y distribuir las responsabilidades. He visto a muchos que predican que el éxito solo llega trabajando hasta el agotamiento, cuando la realidad demuestra lo contrario. Eso es una mentira absoluta.

Un equipo es un organismo vivo que impulsa tu misión y acelera el logro de objetivos.
Un equipo es un organismo vivo que impulsa tu misión y acelera el logro de objetivos. Imagen Ilustrada.

La productividad real surge cuando una persona —especialmente un líder— sabe priorizar y organizar sus tareas. La disciplina, y no la cantidad de horas invertidas, es lo que nos conduce al éxito. Personalmente, encuentro esta enseñanza en la Biblia, que nos invita a centrarnos primero en lo trascendente y en valores sólidos, y lo demás vendrá por añadidura (Mateo 6:33). Pero muchas filosofías y tradiciones expresan conceptos similares: enfocarse en lo fundamental, no en lo urgente.

No profundizaré en lo espiritual, pues cada quien tiene su perspectiva y la respeto. Sin embargo, es innegable que buscar un propósito trasciende lo material: es una necesidad humana esencial. Cultivar valores sólidos nos permite prosperar también en los aspectos prácticos de la vida.

¿Cómo delegar y fomentar la colaboración?

Necesitas un equipo con habilidades o, al menos, con la convicción de trabajar contigo. Si alguien no ama lo que hace, simplemente trabajará para «sobrevivir». Un equipo es un organismo vivo que impulsa tu misión y acelera el logro de objetivos. Para formar uno efectivo, considera estas recomendaciones:

  • Elige a personas íntegras, con valores sólidos que resuenen con tu proyecto.
  • Busca diversidad de perspectivas, sin importar su origen, religión o nacionalidad.
  • Selecciona talentos alineados con sus fortalezas. Por ejemplo, si alguien es excelente dibujando, intégralo en áreas creativas.
  • Valora la experiencia, pero también el potencial de quienes desean crecer contigo.

Cuando crees que delegar no es para ti.

Al emprender, tuve miedo de que alguien robara mis ideas y superara mi proyecto. Este pensamiento es limitante y carece de fundamento: eso rara vez ocurre. Si lo padeces, te insto a eliminarlo de tu mente.

El miedo a que alguien robe tus ideas es un pensamiento limitante que carece de fundamento.
El miedo a que alguien robe tus ideas es un pensamiento limitante que carece de fundamento. Imagen Ilustrada.

Además, al principio no tenía recursos para contratar ayuda, un desafío común en los emprendimientos. Ante esto, tienes dos opciones que pueden complementarse con el tiempo:

  • Asumir temporalmente todas las tareas dentro de tus capacidades mientras generas ingresos.
  • Buscar un socio ideal que comparta tu visión (aunque te advierto: no es fácil encontrarlo).

Ambas estrategias pueden ayudarte a financiar tu proyecto hasta alcanzar un nivel donde puedas delegar con confianza.

El factor económico en el trabajo en equipo.

Reconozcamos una verdad: la mayoría de las personas trabajan por dinero, y es completamente comprensible. El mundo gira en torno a lo económico, y es difícil ignorarlo.

Un prejuicio común es querer hacerlo todo solo para quedarse con el 100% de las ganancias. Aunque es válido, exige un conocimiento total de tu área. En mi caso, cuando un cliente solicita mis servicios, la mayor parte del presupuesto es para mí, aunque a veces debo invertir en apoyo externo. Para llegar a ese nivel, debemos ser altamente productivos, trabajar con valores claros, ofrecer una propuesta real, definir plazos y métodos, y desarrollar una productividad sostenida.

Conclusión.

Ya seas productivo o estés en proceso de serlo, aprende a cobrar bien por tus servicios y a ejecutarlos con excelencia. Esto requiere aprendizaje continuo y práctica constante en tu área de expertise. Así no solo aumentarás tus ingresos, sino que reducirás considerablemente tu estrés.